En el ámbito empresarial, la distinción entre costes directos y gastos fijos es fundamental para entender la estructura financiera de una empresa y tomar decisiones estratégicas acertadas. Si bien estos términos a menudo se utilizan de manera intercambiable, comprender su significado preciso y su impacto en la operación de un negocio es crucial para una gestión eficiente.

¿Qué son los Costes Directos?

Denominaremos “costes directos” a todo aquel desembolso que puede medirse y asignarse directamente y de forma inequívoca a un producto y/o servicio concreto. Aunque los “costes” pueden ser “directos” (se pueden asignar de forma unívoca a un elemento) o “indirectos” (aquellos que están relacionados con la producción o prestación del servicio, pero que no podemos asignar de forma unívoca a un elemento) lo más habitual es que nos encontremos únicamente ante los “directos”. Entre los más comunes están las materias primas para la elaboración de un producto, el personal contratado directamente para la fabricación de un único producto y/o prestación de un único servicio, las comisiones bancarias por unidad, los envases, transportes por unidad, o embalajes, por ejemplo.

Una vez identificados y cuantificados los “costes directos” es habitual determinar qué porcentaje supone respecto al precio de venta del producto y/o servicio. Si por ejemplo, vendemos un producto y/o servicio a 100 € y los “costes directos” nos suponen 20 €, determinaremos que los costes directos nos suponen un 20% respecto al precio de venta.

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¿Qué son los Gastos Fijos?

Nos referiremos con el término “gastos fijos” a aquellos desembolsos que no están asociados directamente a la venta de productos y/o servicios, pero que son necesarios para el funcionamiento de la empresa. Respecto a los “gastos”, nos referiremos a ellos como “gastos fijos”. El hecho de que estos gastos se denominen “fijos” no quiere decir que los vayas a tener que afrontar todos los meses sino que se refiere a que no dependen del volumen de producción y/o ventas. Los más habituales suelen ser los gastos de alquiler, suministro, publicidad, servicios de profesionales, o seguros, por ejemplo. Debes tener en cuenta, también, que el importe de los “gastos fijos” pueden variar mes a mes. Por ejemplo, si dispones de una oficina para desarrollar tu actividad, el importe que gastes en calefacción será un gasto fijo (porque es independiente del volumen de ventas), pero su cuantía variará de verano a invierno. 

Diferencia entre Coste Directo y Gasto Fijo

Los costes directos y los gastos fijos tienen roles distintos en una empresa. Los costes directos son aquellos desembolsos esenciales para fabricar el producto o prestar el servicio, agregando valor a estos. Por otro lado, los gastos fijos son desembolsos necesarios para que la empresa funcione, pero no añaden valor directamente al producto o servicio, y no se espera obtener ingresos directos de ellos. En esencia, la principal diferencia entre coste directo y gasto fijo radica en su relación con el producto y/o servicio que ofrece la empresa. La gestión adecuada de ambos elementos es crucial para una operación eficiente y rentable.